¿POR QUÉ HORE SHAKUL? הורה שכול

Hore Shakul hace referencia al padre o madre que ha perdido un hijo.
Significa algo así como "padre desconsolado".
Es una palabra hebrea y su origen es bíblico.
Aparece en el capítulo 18, versículo 21, del libro de Jeremías.
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Este blog está dedicado a mi amada hija Ludmila.

Escribir me ayuda a mantener vivo su

recuerdo...

Igual que los comentarios que

vosotros dejáis.

Entre todos lograremos que su semilla de amor siga germinando .



domingo, 13 de marzo de 2011

NO SUFRIMOS EN VANO

Escuchando las noticias sobre el terremoto de Japón, puedo hacer una comparativa con mi situación actual.
La muerte de Ludmila fue y es equivalente, por así decirlo, a recibir un ataque con 10000 bombas nucleares similares a aquellas que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desconozco mis medidas antisísmicas, es decir, mi capacidad intuitiva para dejar entrar luz ante semejante oscuridad.
Puedo preveer, basándome en puras teorías que saldré adelante; entendiendo como "salir", encontrar un sentido a tanto sufrimiento.
Varias veces escuché que hay que dejar el sufrimiento de lado: "No podemos vivir toda la vida sufriendo".
¿Acaso hay alguien que se encuentre a salvo de él?
La vida humana está hecha de una serie de destrucciones y reconstrucciones", dice Norman Mailer.
Este patriarca de las letras, golpeador de conciencias, establece su propio sistema de valores donde nos presenta un Dios que a veces triunfa, pero que también suele fracasar contra las fuerzas opuestas del universo.
Este es el Dios que me gusta a mí.
El sentido no es otro que, a pesar del sufrimiento, aprender a sacar lo mejor de cada uno y ofrecérselo a otros.
El dolor por la muerte de un hijo es una realidad que nos iguala; seamos cristianos, musulmanes o ateos.
Dice León Bloy que en el corazón del hombre hay muchas cavidades que desconocemos hasta que viene el dolor a descubrírnoslas.
El dolor forma parte de nuestra condición humana y descubre el corazón.
Se sufre incluso antes de nacer.
El médico neonatólogo Carlo Benelli afirma que el feto no sólo siente dolor, sino que su percepción parece ser más profunda que la de un niño mayor.
Se puede sufrir y ser feliz a la vez.
Cuando comencemos a experimentar este nuevo sentimiento, sabremos que la esperanza se ha abierto paso en nuestra vida.


A Ludmila, mi dulce mariposa.

7 comentarios:

paloma dijo...

Laura me encantó esta frase tan cierta:
"El dolor por la muerte de un hijo es una realidad que nos iguala; seamos cristianos, musulmanes o ateos"
Un abrazo bonita.

Mercedes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mercedes dijo...

Me gustaría pensar que el sufrimiento vale para algo, que tanto dolor no queda en nada.

Porque si tanto dolor no sirve para nada, entonces no puedo con la vida, no entiendo vivir si no puedo encontrar un sentido

Un beso grandísimo Laura

Anónimo dijo...

No sé si alguna vez vas a dejar de sufrir...pero apuesto que vas a volver a ser feliz, aunque sigas sufriendo. Te quiero, y por eso te deseo desde lo más profundo de mi alma, que vuelvas a ser feliz...aunque sufras. Un abrazo de hermana. Maru

Reyes dijo...

cuando decimos que nos duele algo como una muela,la espalda,la garganta,tomamos medicacion para el dolor y este se pasa.
Pero el dolor de la perdida de un ser querido,bien sea Hijos,Padres,Abuelos...
¿Com que medicacion se elimina?.
Yo creo que ni existe,y que tenemos que convivir con ello y con el amor de los seres que tenemos a nuestro lado este dolor se hace mas ameno en el dia a dia mi querida amiga
Un gran abrazo de yo misma Reyes

Anónimo dijo...

Hace tres semanas fui a la revisión de las 12 semanas, y lo que iba a ser una consulta rutinaria se convirtió en el día más amargo de mi vida.Está bien? le pregunte al médico y su respuesta fue no, no está bien.
El corazón de mi bebé dejó de latir.
Laura, te leo desde entonces pero hasta hoy no me he atrevido a escribirte.
No he conseguido encontrar palabras de consuelo en nadie, supongo que porque no existen, pero sobre todo es la primera vez que me he sentido realmente incomprendida. La gente, entiendo que con su buena intención, me ha dicho de todo: era muy pequeño, no has podido encariñarte, seguro que venía mal, la naturaleza es sabia... pero, por qué siempre que pienso en mi bebé lo sueño como un niño perfectamente sano?
Le he llorado como no he llorado a nadie. Le he escrito, le he soñado, pero el dolor de su ausencia sigue ahí. La verdad es que no sé identificar en que fase del duelo me encuentro. Intento vivir cada día con la mayor normalidad posible, por mi, por mi marido y por mi otro hijo que apenas es un bebé que sigue necesitando a su madre, pero hay algo en mi que no me deja ser la misma.
Un beso guapa.
Carmen

Anónimo dijo...

Cuando se nos muere un hijo creemos que somos la única persona que sufre en este mundo.
De a poco empezamos a ver que somos muchísimas las mamás que pasamos por lo mismo.
Perdí a mi hija con 10 años y 6 días igual que tu hija Ludmila.
Desde entonces vivir es el desafío más difícil al que me enfrento cada día.
La esperanza de volver a encontrarla cuando me llegue el momento y mi otro hijo es lo que hace que la balanza siga diciéndome que tengo que estar aquí.
Te mando un abrazo infinito y otro al cielo.
Sandra de Logroño