¿POR QUÉ HORE SHAKUL? הורה שכול

Hore Shakul hace referencia al padre o madre que ha perdido un hijo.
Significa algo así como "padre desconsolado".
Es una palabra hebrea y su origen es bíblico.
Aparece en el capítulo 18, versículo 21, del libro de Jeremías.
---------------------------------------------------------------

Este blog está dedicado a mi amada hija Ludmila.

Escribir me ayuda a mantener vivo su

recuerdo...

Igual que los comentarios que

vosotros dejáis.

Entre todos lograremos que su semilla de amor siga germinando .



viernes, 28 de mayo de 2010

Familiares y amigos

¿¡Qué hacer con quien sufre la pérdida de un ser querido!?
¿Cómo comportarnos con los dolientes?

Cuando alguien cercano pierde un hijo, solemos decir: “si me necesitas llámame, para lo que necesites, para lo que sea”.
Seguro que lo decimos de verdad y desde el corazón, pero lo primero que tenemos que saber es que esos padres no tienen apenas voluntad ni fuerza si quiera para pedir ayuda.
¿De verdad podemos creer que alguien sumido en la mayor de la tristeza, sin deseos de vivir, que no puede apenas dormir, ni respirar, puede descolgar el teléfono o dirigirse hasta tu puerta para decirte “te necesito”?
Se debe asumir por tanto que hay que tomar la iniciativa. Para ayudar a esos padres deberá mostrar compasión, comprensión y mucho amor. No esperar que acudan a nosotros.
No nos limitemos a decir: "Si hay algo que pueda hacer..." Encuentre ese "algo" por sí mismo, y entonces, si es conveniente, tome la iniciativa.
Pero ¿qué hacer… qué decir… cómo para ayudar a quien está de duelo?
A veces no hay palabras, por ello lo mejor en esos momentos simplemente es ESTAR:
Sujetar una mano… oprimir un hombro… acariciar una mejilla… y ofrecer todo el apoyo que creamos necesario tanto física, emocional como espiritualmente.
No se mantenga alejado por no saber qué decir o hacer. Es muy frecuente que nos asustemos ante el temor que produce el dolor que vemos y nos haga pensar:
"Es mejor dejarles ahora… Necesitan estar solos y descansar…"
Quizá nos mantengamos alejados porque temamos hacer o decir una inconveniencia, pero si evitamos estar con los padres se sentirán más solos e incomprendidos.
Calmarles con palabras cariñosas y gestos suaves.
Recalcar las veces que sean necesarias que es normal que se sientan en ese estado de confusión y ansiedad, insistiendo en que no se están volviendo “locos” y que todos esos sentimientos por extraños y virulentos que sean, son seguramente normales ante la situación que están viviendo.
Es muy importante para los padres que sientan que comparten su dolor.
Hay que favorecer que expresen libremente sus sentimientos y estar solícitos para escuchar.
La escucha es esencial y una buena forma de aliviar su pena.
Puede que necesiten hablar mucho de su hijo, de cómo sucedió el accidente o la enfermedad, qué pasó antes o qué sienten por ello.
Hablar del hijo fallecido es una necesidad importante para los padres en duelo, sobre sus proyectos, su personalidad, etc.
Es muy importante preguntar sin temor si quieren hablar de ello, o si prefieren lo contrario.
Lo mejor es que decidan por sí mismo sin tener que se sientan obligados a “comportarse” de un modo determinado.
No presionarlos para que dejen de llorar, todo lo contrario, permitir su llanto.
Es muy importante dejar que los padres que han perdido un hijo manifiesten sus sentimientos y se desahoguen.
No pensar que la persona que acompaña y escucha tiene que ocultar sus sentimientos para que no les afecte a ellos, ¡es muy sanador, para ambos, llorar con los que lloran!
Es un gran error, creer que hay que evitar referirse al hijo fallecido ya que es muy doloroso para los padres, comprobar que ni siquiera nombren a su ser querido, no hablen de él o intenten evadir la conversación o cambiarla a otros comentarios.
¡No hay que cambiar de tema si los padres nombran a su hijo!
Muchas personas agradecen muchísimo oír hablar a los amigos y familiares de las cualidades y formas de ser únicas de ese hijo y por las que sentían gran cariño.
Al contrario de lo que se piensa, es muy gratificante oír las cualidades, detalles y gestos que hiciese en vida con ellos su persona querida.
Si no sabemos qué decir, es mejor no decir nada.
¡SOLO ESTAR! junto a las personas que sufren les puede hacer un gran bien.
Que sientan que hay alguien preocupado y ocupado de ellos y de sus familias.
¡Siempre hay algo que hacer para ayudar a la famila en duelo!
Permanecer junto al familiar o amigo en el tiempo. En días de diario, pero sobre todo en los momentos más difíciles como:
aniversarios, fechas especiales, Navidad, vacaciones… será nuestro mejor apoyo al mismo y a su familia más cercana.
Procurar que no estén solos mucho tiempo.
Establecer con otros familiares y amigos cercanos ciertos “turnos” para que los padres se encuentren rodeados a menudo de personas que les apoyan.
Los padres en duelo se encuentran en un momento crucial en sus vidas y necesitan ¡COMO NUNCA! del cariño, consuelo y apoyo de sus familiares y amigos.
Están tan heridos tanto moral, mental, física y espiritualmente, que no tienen capacidad suficiente para tomar decisiones, incluso sobre cosas de menor trascendencia.
Sobre todo si el fallecimiento se ha producido de forma brusca y accidental, si han sido víctimas de violencia, asesinato, terrorismo o han estado desaparecidos cierto tiempo.
Los padres necesitarán mucho tiempo para asimilar la pérdida del hijo.
No hay que atosigarles con consejos o demandarles que tomen decisiones mas o menos inmediatas ante asuntos tan importantes como el cambio de domicilio, la venta de la vivienda, el reparto de bienes y objetos personales, cambiar de ocupación, ciudad o trabajo, etc., etc. Todo esto debe de irse solucionando poco a poco, ¡habrá tiempo para ello!.
Se les puede ayudar diciéndoles que no tengan prisa en tomar sus decisiones.
No les diga que se deshagan de la ropa u otros efectos personales del hijo antes de que estén preparados para ello.
Tampoco que tienen que deshacerse de los objetos que les traen recuerdos porque le prolonguen o provoquen más aflicción.
Escriba una carta, poema o tarjeta.
Con frecuencia se pasa por alto el valor de una carta o una tarjeta.
Padres que han pasado por una pérdida importante, han comentado que les ayudó mucho recibir algun escrito o carta de amigos y familiares, ya que podía leerla y releerla.
Una carta o tarjeta de consuelo puede componerse de solo unas pocas palabras, pero debe estar escrita con el corazón.
En ella puede decirle a los padres que se preocupa por ellos y que guarda gratos recuerdos de ese hijo, o puede explicarle cómo influyó este en su propia vida.