A veces tengo la impresión de que la vida avanza y yo me quedo atrás, llenando mis pulmones de oxígeno y de besos, más de lo primero porque de los besos se encarga Gael ( y son de los mejores).
Otras fluyo con ella, pero desde luego nunca me es indiferente.
Suelo cuestionarme todo, y entonces el tiempo nunca me alcanza (tampoco el oxígeno).
Aún no se qué camino voy a tomar (la indecisión me acompaña siempre).
La vida es un eterno proceso de aprendizaje, donde pierdes y ganas todo el tiempo.
A veces, lo que pierdes es tanto, que no sabes dónde vas a meter tanto dolor.
Lo único que te queda es empezar a deshechar todo lo que no sirve y llevas años guardando.
En eso estoy, y lo bueno es que me ha quedado mucho espacio para muchas cosas, incluso cosas lindas.
He decidido guardar un poco de calor, porque últimamente siempre tengo frío... pero en el alma, y ese no hay con que taparlo.
Un poco de risas tampoco estaría mal... para tragarse mis lágrimas a borbotones.
Seguro que las encuentro entre las cosas de Lu (me ha dejado infinitas repletas de bellas armonías).
Y quizás un poco de paciencia. Confieso que no se dónde buscarla, pero que la necesito, la necesito.
Paciencia para no golpear a puñetazo limpio cualquier miedo que se me cruce en el camino, porque a veces viene disfrazado de persona y puede terminar mal.
Por hoy creo que ya basta, que no ando bien de la memoria y corro el riesgo de olvidarme de todo y llenarme de otras cosas.
Prometo llevar la lista por las dudas.