Sobre todo sabía que para salir adelante era fundamental saber hasta dónde podía llegar...
Muchas veces fue difícil encontrar el camino pero casi siempre conseguí volver mis aguas a su cauce.
La vida era para mí nacer, vivir y morir... nunca había intentado bucear más allá de eso...
Ahora... a partir de la muerte de Ludmila... estas premisas ya no me servían... necesitaba buscarle a mi hija continuidad, ya que el vacío en el que estaba cayéndome no tenía fin... así que eché mano a la literatura que aborda el tema y empecé a buscar... aún sigo buscando...
Me sentí muy agradecida desde el primer momento, porque percibí que cada palabra que mis ojos veían era exactamente la que querían ver...
Hoy siento que me hace bien pensar que sólo dejó su cuerpo ya que su energía está en otro plano del universo, he comprendido que puede ser así.
Ahora... tengo plena conciencia de que dejaremos este mundo, más tarde o más temprano, y de la manera más imprevista...
Cada día... es más... cada minuto puede ser el último... así lo vivo... pero a la vez siento que no termina todo ahí...
Estoy aprendiendo a reconocerme en esta nueva forma... con la intención de darme el tiempo y el espacio necesario para que el dolor no termine arrancándome los riñones por la espalda.
Conozco su verdadera cara... me sobra por todos lados, así que he decidido intentar que me haga menos daño ya que comprendí que vivirá a mi lado para siempre.
Así es que busco lo que quiero encontrar y lo que encuentro tiene fundamentos sólidos... qué suerte!
Trabajo mucho... escuchando, leyendo y asimilando... hablando con otros padres que andan el mismo camino...
Dejándome observar por los debidos profesionales y tomando nota de toda la información que ellos me brindan...
Tengo que enfrentarme a mi vida sin ella, y la mejor forma de hacerlo es conociéndome... sabiendo hasta dónde soy capaz de llegar... y estando con todos los sentidos bien alertas...
Mis sentidos fueron realmente concientes para mí a partir de mi embarazo de Ludmila... ella me enseñó a estar alerta y así poder protegerla...
Desde entonces siempre lo estuve...
Entonces por qué no pensar que todo lo que me viene ocurriendo desde su muerte tiene que ver con que ella forma parte de una energía superior...
Esto me lleva a preguntas como ¿dónde está Lu?, ¿estará acompañada?, ¿será feliz?.
Sólo tengo que buscar donde pueda encontrar... y gracias al cielo las respuestas están también en la ciencia... ahí podemos encontrar el sentido de nuestra existencia...
Otra forma de enfrentarme a mi vida es perdonándome... ahora se que todo lo que hice lo hice por amor y no hice más porque no supe...
El trabajo que me ha dejado mi hija es inmenso, pero vital para sobrevivir a este conjunto demoledor de emociones.
Una canción... un lugar... un aroma...una fecha... una comida... una estación... un momento del día... una palabra... cualquier cosa nos puede llevar al precipicio del dolor.
Cada uno de nosotros tiene que aprender a buscar sus propios recursos... pero para eso hay que querer y dejarse ayudar, pero siempre estando alertas...
Quizás así la vida nos permita disfrutar del recuerdo con una sonrisa y a la vez nos ofrezca la certeza de que volveremos a encontrarnos...
TE AMO PRINCESA
mamá
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