¿POR QUÉ HORE SHAKUL? הורה שכול

Hore Shakul hace referencia al padre o madre que ha perdido un hijo.
Significa algo así como "padre desconsolado".
Es una palabra hebrea y su origen es bíblico.
Aparece en el capítulo 18, versículo 21, del libro de Jeremías.
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Este blog está dedicado a mi amada hija Ludmila.

Escribir me ayuda a mantener vivo su

recuerdo...

Igual que los comentarios que

vosotros dejáis.

Entre todos lograremos que su semilla de amor siga germinando .



lunes, 28 de junio de 2010

Abunda la tristeza mi alma...
raquítica... famélica...
se ahoga en el llanto de tu ausencia...
Solo me revive el recuerdo de tu amor eterno...
Y así agonizo, recorriendo una y mil veces el camino que me lleve a tí...

TE AMO
mamá

sábado, 19 de junio de 2010

Yo se que estás princesa...

Aunque no soy capaz de verte, te siento...
Siento cuando en mi desesperación de pronto apareces y me arrullas como debería hacerlo yo contigo...
Pero si el ojo no puede captar imágenes con frecuencias mayores a 60 Hz.
El oído es incapaz de escuchar sonidos con frecuencias menores a 20 Hz o mayores a 20000 Hz.
La voz se encuentra dentro de un intervalo de frecuencias que abarca desde los 300 Hz hasta los 3300 Hz.
Esto significa que la naturaleza ha limitado nuestros sentidos, lo cual no implica que todos los fenómenos del universo se lleven a cabo dentro de nuestros rangos sensibles.
No importa en qué frecuencia nos encontremos ni la finita capacidad de mis sentidos...
Nosotras estamos unidas por el amor que sentimos la una por la otra...
El amor no está limitado por ninguna frecuencia a la vez que es indestructible... entonces no es raro que te sienta...
Tú me enseñaste el camino y aún después de partir me has hecho un montón de guiños...
Hoy se cumplen 7 meses de tu partida y aunque quizás jamás le encuentre sentido a ello tengo que intentar abrir la puerta que me lleve a saber cuál es mi propósito en la Tierra.
Creo que el precio que nos ha tocado pagar es infinitamente alto, pero aún así debo averiguarlo para que encima no sea estéril.
Te prometo que por todo el amor que te tengo no dejaré que eso suceda.
TE AMO HIJITA... HASTA TU CIELO ...
mamá

GRACIAS A TODOS

Hoy necesito decirles a todos ustedes... los que leen este blog... los que participan haciendo comentarios... estén lejos o cerquita mío... GRACIAS!!!
Sus palabras son gotas de esperanza en mi océano de tristeza y desolación.
Sus palabras son la cuerda a la que me aferro muchas veces cuando ya no puedo más...
A través de sus palabras percibo todo el amor que tienen en sus corazones y en muchos de ustedes, todo el amor que sentían y sienten por Lu.
Yo en la distancia los leo, los conozco por medio de sus letras, por sus expresiones escritas y por ese amor que veo, aún sin ver, salir por cada uno de los poros de su piel y de ese corazón tan real como el mío que late dentro de nuestros pechos con el amor más puro y limpio... como el amor de mi princesa Lu.
A todos ustedes les estaré eternamente agradecidos.

viernes, 18 de junio de 2010

GRACIAS EMILIO...



Acabo de leer detenidamente el relato acerca del día en el que volviste a la piscina con Gael.

Cuánta razón tuve el día en el que se despejaron de mi Universo las brevísimas dudas que alguna vez pude tener acerca del hombre que junto a Laura sería el futuro responsable de la crianza de Ludmila, cuando Cuarte de Huerva se transformó en su casa nueva, y la convivencia se planteó desde una situación familiar diferente a la que ella había conocido hasta ese momento.

Los intensos tensos momentos (valga la doble redundancia) de algún absurdo pasado que mal vivimos, felizmente se hicieron a la deriva cuando Luli fue creciendo, y por fin, todos aprendimos a respetarnos.

Supimos reconocer con el tiempo que en nadie más que en nosotros mismos debía estar depositada la confianza para garantizarnos el hecho de que merecíamos ser felices viviendo nuestras vidas en concordia, ustedes y nosotros, para finalmente saber demostrarle con fundamentos sólidos a nuestra hija el sentido de una verdadera convivencia en paz.

Ella siempre tuvo el grandioso detalle de retribuírnoslo con su cuota eterna de gratitud y felicidad.

Este paso que dimos, para mi fue tan importante en el desarrollo de nuestra posterior relación como padres en común de Ludmila que somos, que siempre que pude, supe, se dio la ocasión, ó me preguntaron, nunca dudé a la hora de reconocerte como el gran tipo que sos, como así también acerca de la tranquilidad que siempre me transmitiste en el rol que habías elegido asumir.

Sé que el resto de mi vida seguiré manteniendo mis certezas acerca de cada palabra que escribo, y ojalá que esta tremenda desgracia que nos toca sufrir, no haga más que seguir uniendo con lazos cada vez más sólidos y fraternos a estas dos familias que aprendieron con muchísimo esfuerzo a tratarse dignamente con el paso del tiempo, forjando caminos de unión entre nosotros y nuestros hijos Gael y Valeria: los hermanitos de Ludmila.

Te voy a estar agradecido toda la vida por haberte entregado a Ludmila por entero.

Leandro

martes, 15 de junio de 2010

La eternidad se cierne sobre mí...
Cada día es una nueva eternidad... y así avanzo en medio del caos...
Buscándote... esperando que vuelvas a mi vida... soñando...
Porque aunque se que es imposible...
Tú me has hecho creer en los milagros...

Te amo
mamá

lunes, 14 de junio de 2010

PRIMER CARTA A LUDMILA, MI HIJA MAYOR


Ludmila, hija mía...

es la primera vez que me siento a escribirte de una manera no desordenada y tratando de que algo concreto me salga, con o sin tantos traspiés emocionales... eso para mi ya es lo de menos. Y si acaso es que ese algo logra salir, que sea feliz, en el sentido de que me permita a mi mismo esgrimir algún razonamiento lógico ó no tanto, pero que al menos sienta que me valió la pena intentarlo. Uno al que yo mismo le encuentre algún tipo de sentido. Que me permita decir lo que siento de una forma clara y transparente para tratar de ayudarme, ahora de este modo y a esta hora de vivir, en intentar paliar al menos una pequeñísima cuota de esta gran pena que mi corazón y cada uno de mis sentidos sufren desde momentos antes de que te nos fueras, como el agua pura y cristalina lo hace entre los dedos, casi sin quejarte siquiera... Como un acontecimiento naturalmente injusto. Un acto despreciable e intolerable en sí mismo, como también absurdo e inútil, cometido por la imbecilidad e ignorancia de una miserable parte de esta Humanidad enferma y sin rumbo ninguno, que se tomó el atrevimiento de prescindir de un ser absoluta y enteramente valioso como vos. Uno que, sin haber saltado a la vida casi, le dio cada día a ese mismo mundo enfermo, está a la vista que sin la más mínima y justa correspondencia, las más tremendas, únicas e irrepetibles muestras y lecciones de felicidad, alegría e inocencia... Muchas veces de inquietante sabiduría... Alguien como vos, que lograste disfrutar cada día como si ese mismo mundo enfermo fuese un paraíso, un cuento de hadas y princesas... el mundo ideal que vos misma creaste alrededor tuyo y de quienes te hicimos, de los que te acompañamos y cuidamos, te vimos crecer, del que todos ayudamos cada uno a su modo y en su medida a fomentar, y también podemos dar cuenta de ello. De los que, en definitiva, te amamos y amaremos hasta la eternidad de nuestro propio ser.

Hija mía, no logro tener paz ninguna en mi cuerpo ni en mi alma. Humanamente no tolero la tristeza que me provoca levantarme cada día y no tenerte para abrazarte, llamarte, despertarte, llevarte al cole, preparar y darte de comer, ayudarte con los deberes, arroparte en tus sueños ó compartir con vos algún tipo de salida de esas que disfrutamos tanto durante los 10 hermosos años que me honraste con tu magnífica existencia. No hay momento en mis días que no agradezca a tu madre el haberme dado la oportunidad de conocer la gloria de ser padre a través tuyo, el orgullo a pecho ancho y frente bien erguida de haberte tomado de la mano y, juntos, salir por las calles que fueron testigos de tu maravilloso paso por la vida...

Me siento totalmente perdido a la hora de pensar. Siento que me han vencido y traicionado de la manera más ruin, en esta lucha desigual de vivir que es el sálvese quien pueda. No encuentro lugar alguno que me pertenezca, aunque al menos por ahora y durante un tiempo indeterminado sea el mismo en el que esté tu hermosísima y simpática hermana Valeria, que tampoco injustamete pudiste conocer... Pero que deseaste y quisiste tanto, tanto, tanto desde el primer día en que supiste que estaba en camino. Fue el gran regalo que decidimos hacerte con Vicky el día de tu comunión, mi amor... Además de los oritos que tan bellamente luciste durante la ceremonia, y también luego en la celebración con tus compañeros que comulgaban aquél día junto a vos. Te recuerdo muy feliz, con la sonrisa ancha y tu actitud orgullosa frente al sueño que vos elegiste hacer real y estabas cumpliendo. Pero la noticia de tu hermana no hizo más que embellecer aún más, si cabía esa posibilidad, tu hermoso rostro. Tus mejillas rindieron homenaje a la belleza, mi vida... al hacerte sonreir con la noticia. Otro sueño que empezabas a cumplir, con tus casi 10 añitos: el de empezar a completar tu "familia ideal", después de haber disfrutado como una loca la llegada de Gael a tu vida.

¿Sabés que casi no recuerdo haber cumplido algún sueño tan importante a tus mismos años? ¿Uno que me llenase tanto el pecho y alma, como se te vio aquél día a vos? ¿Sabés que desde que nos dejaste empecé a sentir miedo, y mucho? Yo no fui nunca una persona que sintiera el miedo como tal por algo, ó por alguien. Sí intenté mantenerme al margen, ó con la distancia suficiente, por prudencia, de situaciones que nunca me generaron la confianza necesaria para dar algunos pasos en la vida, ó donde podía prever la existencia de algún tipo de peligro. Y sí, también tuve muchísimo respeto por cosas que podrían considerarse pasibles de sugestión. Pero MIEDO del que se sufre al pensar en la posibilidad de que suceda algo malo, eso nunca lo había sentido... La incertidumbre sobre determinadas cosas que se me plantean, por ejemplo, es algo que me está generando muchísimo temor. Me provoca terror. Siento muchísima angustia e impotencia ante el hecho del NO SABER. No sé cómo reaccionar. Siento, desde hace siete meses, que vivo cada momento teniendo que tomar decisiones, cualquiera sean, bajo una presión inaguantable e insostenible para mi mente, y superan mi tolerancia. Tengo miedo de no estar tomando decisiones que no sean las correctas, tengo mucho miedo de cualquier cosita que tenga Vale, tengo miedo de las reacciones que puedan sentir mi cuerpo y alma frente al reencuentro con determinadas personas, por ejemplo, que no haya visto desde antes de perderte... Qué me pasará cuando vea a fulano, qué sentiré cuando hable con mengana... Estos miedos horribles los comencé a vivir cuando te fuiste... Son sensaciones que antes no tenía ni imaginaba tener... Siempre viví mucho así, como al payro... sin ocurrírseme que pudiera pasar algo malo, que pueda recibir ninguna agresión, de ningún tipo. Por supuesto, menos aún que una como la que vivo y sufro desde el último 19 de noviembre.

Hija mía, ojalá que el Dios que vos misma decidiste que te arrope con su manto de piedad no te abandone nunca de su mundo, de ese paraíso que dicen que es donde van las almas puras como la tuya. Más aún, ahora que quedó descaradamente demostrado que en este otro, el terrenal, el de la Humanidad a la que pertencemos... la belleza, lo simple, lo divino, la alegría, lo bello de la inocencia de un niño, y su felicidad, son sólo simples monedas de recambio en manos de los mercaderes de la vida.

Y deseo que, contra lo que creo, al dejar esta vida haya otra mejor que nos trascienda, y nos encuentre una vez más difrutando de las mismas simples cosas que disfrutamos durante los 10 hermosos años que me regalaste a mí en particular, y a toda tu inmensa familia universal, que te recuerdan y sienten con el mismo cariño de siempre. Y por siempre jamás.

Te amo, Ludmila.

Papá

P.D.: hoy es madrugada del lunes 14 de junio de 2010, y no puedo parar de sufrir tu ausencia.

viernes, 11 de junio de 2010

¿CÓMO ES LA ÉTICA DEL BUDISMO?

La ética budista se basa en cinco preceptos:
1. Respetar la vida.
2. No tomar lo que no me es dado.
3. Conducta sexual correcta (que no sea dañina con otros o conmigo).
4. No hablar de manera dañina (mentir, rudeza, ostentación, cotilleo, charla vana).
5. No tomar intoxicantes (que alteran la mente y ponen en riesgo de romper los otros preceptos).

En el budismo reciben el nombre de las cuatro nobles verdades las siguientes afirmaciones:

1. Todo lo que existe está sujeto al dolor, al sufrimiento.
2. El origen del sufrimiento es el deseo (la sed, la concupiscencia, el ansia de vivir).
3. El dolor puede ser suprimido (apagando esos deseos).
4. Para extinguir el sufrimiento, se debe seguir el camino de ocho senderos.

El óctuple sendero.- En el budismo se llama así al camino que lleva al cese del sufrimiento mediante la elevación de la mente. Se trata de purificar la opinión, las ideas, el lenguaje, la acción, la memoria, la meditación, etc.
En resumen: sabiduría, conducta ética y meditación pura.

¿Qué se practica en el budismo?
Un budista practicante se caracteriza por dos actividades: el estudio de las enseñanzas de Buda; y el ejercicio del óctuple sendero, principalmente la meditación.

¿Cómo es la meditación en el budismo?
Unas veces es una técnica de yoga y otras un esfuerzo de no pensar en nada.
Es diferente a la oración o meditación cristianas.

¿Qué es el nirvâna?
Es la meta definitiva que persigue un budista.
Tras años de ejercicios de yoga, sacrificios y meditación, el budista consigue apagar en él todo deseo, incluso el de la vida, y entra así en una situación nueva llamada nirvâna donde se ha superado el sufrimiento.

TEORÍAS DEL BUDISMO

¿Dónde se encuentra la doctrina del budismo?
Las 84.000 enseñanzas de Buda están recogidas en los textos llamados Sûtras o Suttas. La colección en pâli está completa. También son abundantes los textos en sánscrito.

¿Cómo es la existencia en el budismo?
En el budismo nada es permanente, todo fluye. No existe Dios, ni las cosas, ni los individuos, ni los seres. Sólo existe el cambio, junto al sufrimiento, que se desea cambiar.

¿Cómo es el individuo en el budismo?
En el budismo cada hombre es un compuesto de materia, sensaciones y percepciones, subconsciente y conciencia. Y estas cosas se eliminan y reasocian en cada instante según la ley del karma, de modo que el individuo no permanece.

¿Qué es el karma?
El karma es la ley de causa-efecto que regula el cambio.
Si se obra bien, el nuevo compuesto humano sale mejorado. De este modo, la reencarnación es continua sin que la muerte la detenga.

La cadena de las doce causas:
Junto a las cuatro nobles verdades, esta cadena de la generación condicionada ocupa un lugar central en el budismo teórico.
Por esto en algunos monasterios budistas aparece representada una rueda dividida en doce sectores. Éstas causas o condicionantes se originan en el interior del hombre: la ignorancia, el subconsciente y la conciencia, los sentidos y sensaciones, y el deseo sexual. La salida al exterior es un tanto obvia: del deseo sexual surge la unión y de ella la existencia; de la existencia viene el nacimiento, vejez y muerte, con el sufrimiento que les acompaña.

¿El budismo es una religión o una filosofía?
El budismo busca la perfección del hombre en su mente y en su amor a los demás; pero no hace referencia a Dios. Por esto, no es religión sino filosofía. Se puede confundir con una religión porque abarca a toda la vida y señala una meta final del hombre -pero sin Dios-. El budismo es una escuela de sabiduría que elabora métodos que conducen al nirvâna siguiendo caminos de meditación y penitencia.

El sufrimiento y la muerte en el budismo:
La muerte y el dolor son los grandes problemas
que quiere resolver el budismo.

Y en ambos casos, la solución que aporta es la
supresión del deseo.
El óctuple sendero son técnicas de meditación y sacrificio que pretenden lograr la insensibilidad ante el dolor, de modo que aunque el sufrimiento esté presente, no exista insatisfacción en la persona.
Para resolver el problema de la muerte, el budismo acude a la teoría de la reencarnación continua, que termina cuando uno consigue superar el deseo de vivir.



ideasrapidas.org

DIFICULTADES DEL BUDISMO

El budismo encuentra dificultades en varias cuestiones:
La ausencia del "yo", difuminado en el cambio continuo.
Cuando nacemos no somos este que somos ahora.
Tenemos algunos comportamientos innatos de duración limitada (la búsqueda del pezón, la capacidad de nadar), y otros que nos duran toda la vida (respirar, proteger a los hijos, alimentarse, instinto de supervivencia).
También algunas predisposiciones genéticas que dependen de los cromosomas que nos han dado nuestros padres.
El "yo" se va construyendo sobre esas bases con el paso del tiempo. Parte de esa reconstrucción implica la destrucción de la personalidad anterior. No somos ahora como cuando teníamos 5 años.

La visión algo negativa del mundo y de la perfección humana: su mundo está lleno de dolor y su perfección consiste en apagar los deseos, la furia y otros estados conflictivos.
La meta final es un tanto pobre: no sufrir.
Con esto deduzco que tiene que darle lo mismo cualquier tipo de injusticia para obtener una entrada al Nirvana.
No somos sólo nuestras perfecciones, sino también nuestras imperfecciones.
La realidad nos muestra que en el mundo hay muchas cosas bonitas, y muchos deseos nobles que no conviene suprimir.
¿Cómo es que la vida sigue a pesar de todo?
¿Cómo es que el tiempo no se detiene?
Si tú no sólo eras la luz...
Eras la aurora boreal de este mundo.

Te amo
mamá

martes, 8 de junio de 2010

200 días sin mi princesa...

No existen suficientes palabras que me ayuden a expresar todo lo que amo a mi hija...
El dolor que me provoca su ausencia es de tal magnitud que ni siquiera yo puedo vislumbrar donde termina...
Hoy es el cumpleaños de mi hermano Diego...
Quisiera poder llamarlo y desearle un feliz día pero sólo puedo llorar...
Llorar porque ya no la tengo...
Llorar por perderse todo lo bonito que era su vida...
Llorar por todo lo que anhelaba vivir...
Por sus proyectos... sus sueños...
¿Qué importa mi dolor en medio de semejante tragedia?

domingo, 6 de junio de 2010

UN CARNET EN LA BOLSA DE LA PISCINA

Hace calor, es sábado y he prometido a Gael llevarlo a la piscina. La mañana transcurre, estoy trabajando en el ordenador y no encuentro momento para cerrar el equipo e ir a disfrutar con mi hijo de un rato en la piscina. Mi pequeño bebé juega y pinta, pero empieza a cansarse y me recuerda mi promesa. Cogemos la bolsa, la misma bolsa azul del año pasado, reviso el equipo: los pañales de piscina, la crema, los juguetes, las toallas, los botellines de agua.

Subimos al coche, caldeado por el sol de una primera mañana de verano, ventanillas bajas para evitar hornearnos en los cinco minutos de trayecto. Un gran alboroto de los niños se oye a nuestra llegada, la fiesta de apertura de la temporada de piscina ha atraído a muchos de los niños del pueblo. Bajamos las escaleras, desde el balconada Gael divisa la piscina con todos sus juegos y enloquece de alegría. Desde esa misma balconada yo diviso la misma piscina, enloquezco de tristeza, trago saliva y paso levemente mi dedo índice por la comisura de mis ojos.

Si cerrara los ojos sentiría como sostengo dos manitos, Ludmila a mi izquierda y Gael a mi derecha. Pero no los cierro. Si cerrara los ojos, en esa misma bolsa azul encontraría la toalla rosa de Ludmila. Pero no los cierro. Si cerrara los ojos, en la misma bolsa azul encontraría las gafas de nadar. Pero no los cierro.

La algarabía, la frescura de la inocente niñez me rodea. Los niños, los compañeros de Ludmila corretean bordeando la piscina, se deslizan por el tobogán, se dejan llevar estimulados por una música incesante, el calor y la siempre divertida agua. Yo consigo dominar a mi bebé lo tumbo sobre la toalla, le saco la ropita, meto la mano en el bolso y a palpitones busco las herramientas para los preparativos . Percibo algo rígido en el fondo del bolso, no se de lo que se trata , lo cojo, lo extraigo, me lo acerco a la mirada y te veo. Trencitas de oro, pequitas pipi lastrum, pequeña Ludmila tras un plástico perenne, inmutable, indestructible....carnet de piscina de un 2009.
Lo introduzco en el bolsillo de mi pantalón, te llevo conmigo. Cubro de crema solar a Gael, con el pensamiento concentrado en lo más grande, guardado en lo más pequeño de mi pantalón. No levanto la mirada, la mantengo fija en Gael, ansioso por abordar la piscina infantil.

Le dejo ir correteando por el césped, se gira me sonríe, me llama con su mirada. Nos levantamos, nos vamos con él, tú Luli, y yo , para disfrutar juntos de un refrescante paseo por la piscina en una calurosa mañana de verano. Gael nos incordia Luli, mientras tú plácidamente desde tu privilegiado lugar nos compartes, nos observas, te confundes en los vaivenes vivaces de tus amigos.

jueves, 3 de junio de 2010

De parte de Diego Cáceres

Hola, soy Diego, el tío de Luli.
Escribí un poema para mi sobrina,
hoy pondré sólo el principio,
que es lo que recuerdo ahora.
Dice así:

Por encima de las copas
De los árboles más altos
Vuela buscando tu nido
Pájaro del amor.

Lauri, te mando un beso muy grande.
Diego

miércoles, 2 de junio de 2010

REFLEXIONES A PARTIR DE LA MUERTE DE UN HIJO

El estado de indefensión por el que atravesamos los padres a partir de la muerte de un hijo trae consigo un dolor devastador inexplicable, un dolor delirante; la sensación de amputación general hace que nuestro andar a partir de ahora sea inseguro e incierto.
Mucho dependerá de lo que hagamos para encontrar nuevamente equilibrio y paz en nuestra vida.
El tiempo solo, no hace milagros, como dice Earl Grollman (consejero de duelo internacional) , el tiempo es neutral y es tarea nuestra la de encontrar un nuevo sentido a la vida.
En los primeros días tenemos una gran tendencia a sentir culpa... culpa por lo que hicimos o dejamos de hacer, cuando de todos modos la muerte ya es irreversible... Ni aún sintiendo toda la culpa del mundo le devolveremos la vida a nuestros hijos.
Debemos quizás empezar por aceptar nuestras limitaciones y entonces llegaremos a suavizar el sentimiento de culpa.
Otras veces sentimos resentimiento, que sería la culpa puesta fuera de nosotros, en el resentimiento los culpables son otros ; nos enfadamos con Dios o con los hombres, nos llenamos de bronca, de rencor, consumimos buena parte de nuestra energía masticando nuestra impotencia, fantaseando represalias.
La vida, como seres imperfectos que somos, es una sucesión de amores y de errores que forman parte de nuestro aprendizaje.
Desde este lugar nos es posible pensar que no ha debido ser invariablemente una relación ideal la que tuvimos con nuestro hijo para tener que justificar el profundo dolor que sentimos por su ausencia.
Debemos saber que no precisamos convencer a nadie de cuanto nos duele su muerte, no es imprescindible el consenso de los demás ni recibiremos nada a cambio que pueda mitigar nuestro doloroso presente.
En cuanto a las características de los duelos, aceptemos que no existen dos duelos iguales, cada cual expresa sus emociones de una manera distinta.
Ocupémonos entonces de sobrellevar nuestro propio duelo que con eso lamentablemente tenemos más que suficiente.
Recordemos que el nacer y el morir son experiencias solitarias que ocurren más allá de nuestras posibilidades de elegir.
Intentemos entonces concentrar nuestra energía en recordar a nuestros hijos por su vida y no por su muerte.
Busquemos en nuestra memoria y en nuestro corazón todos aquellos momentos de felicidad y dicha que a partir de ahora serán nuestro presente y nuestro futuro con ese hijo.
Tratemos de establecer ese delicado equilibrio entre el ayer que debe ser recordado y el mañana que tenemos que crear.
Y como dije antes, si bien el tiempo es neutral, según García Márquez "la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado".
(cita de "El Coronel no tiene quién le escriba")
Cuando sale el sol y comienza el día
pienso en tí.
Cuando estamos ocupados con nuestros
importantísimos asuntos,
pienso en tí.
Cuando tenemos tanta prisa para ir a ningún sitio,
demasiado ocupados para detenernos y oler una
flor,
escuchar el canto de un pájaro, sonreir a alguien,
pienso en tí.
Karin, Karin,
siempre pienso en tí.
Te llamaría mi caramelo
de tan dulce que eras.
Quién iba a pensar que te vería morir.
Te dije que eras la luz de ni vida,
y ahora me siento en la oscuridad, tengo miedo y
lloro.
Ayúdame, ayúdame a salir de la noche
para que vuelva a ver la luz.
Te vi quemada y dolorida en la cama del hospital
y me senté a tu lado hasta tu muerte.
Tus quemaduras me impedían tocarte;
quería abrazarte, ¡cómo lo deseaba!
Karin, tocaste mi alma y somos una.
Sí, saltaste muy alto
y ahora vuelves hacia el cielo.
Cuando pases, hazme un guiño
y nos saludaremos.
Adiós, adiós, mi linda mariposa.

mamá de Karin