Esto viene a cuento de que últimamente tolero cada vez menos la estupidez humana.
Entonces cuando escucho que alguien habla por lo bajo de otra persona por el solo hecho de pasar el tiempo, me salgo de las casillas, es decir, echo humo por todos lados.
Digo un par de improperios y ahí termina la cosa:
"Mejor me callo y punto..."
No me gusta el cotilleo, no me aporta nada positivo, es más, no me aporta nada de nada.
Será porque no soporto el ruido y mi tiempo lo empleo en cosas que realmente valen la pena (para mí, claro está).
Eso de:
"Oye.., no le digas nada a fulanito pero tú sabes que se está dicendo esto y aquello..., pero tú, hazme caso, tú como si nada."
Al final, no se cómo, pero fulanito siempre se entera.
Tengo muchas cosas en mi vida que resolver como para estar perdiendo el tiempo con las nimiedades de los demás. Sobre todo, cuando a esos "demás", o no los conoces o creías conocerlos, pero cuando los has necesitado de verdad te han dejado tirado.
Por eso, esta entrada está dedicada a todas esas personas que, aunque muchas veces en silencio, hacen que me reconcilie con el mundo.
Porque un día, una de las personas más importantes de mi vida se murió, y yo tengo que seguir curando tanto y tanto dolor.
Y no hay más.
TE AMO PEQUEÑA MARIPOSA