Y por más que el tiempo nos enseña a ser prudentes a la hora de exteriorizar el dolor, los sentimientos y las emociones están ahí, esperando salir... Si los reprimimos constantemente un día explotan y pasa lo que a mí ayer.
Anoche terminé usando de morada el hospital a causa de un intenso dolor en el pecho que apenas me dejaba respirar.
Le conté a la doctora, que me hablaba de pericarditis, que la causa de mi dolor era la angustia, y por fin le hable de ti. Ella me preguntó si era reciente y yo le dije que sí, que 5 años para una madre no eran nada, que el tiempo sólo nos enseña a vivir con el dolor pero no a dejar de sentirlo.
Lloré toda la noche...
Te extraño tanto mi vida... y sé que eso no va a cambiar nunca.
El dolor casi siempre se transforma en amor... amor que tú has sembrado, pero una parte se vuelve residuo del que hay que deshacerse, y si no lo hacemos todo se contamina.
Pensar que eras la alegría de la casa... nos hacías reír tanto... Eras tan buena haciendo imitaciones... tenías tantas sonrisas para regalar princesa...
No me gusta vivir de recuerdos, por eso los actualizo a diario y te traigo a mi presente a cada instante...
Así vivimos las dos mariposa...
Entre el cielo y la tierra
TE AMO HIJITA!
mamá