Aprovechamos que Gael estaba en el cole y visitamos un lugar que a él le gusta mucho: La juguetería.
Íbamos con cartas precisas para Papá Noel, pero había una que estaba en blanco.
Era tu carta princesa.
Llevamos tres navidades sin saber que es lo que más deseas, pero no podemos dejar de comprarte algo; aunque ese algo sólo sea un juguete solidario. Así sentimos que sirve para que otro niño en alguna parte del planeta al menos reciba un regalo.
Podemos darle nuevamente un sentido al infinito dolor de tu ausencia; y así es como conseguimos sobrevivir.
Sabemos que no estamos enfermos, por lo tanto no pretendemos curarnos.
Sólo queremos que este tramo del camino no nos deje exánimes.
Ojalá lo consigamos.
FELIZ NAVIDAD PRINCESA!!!
Te amamos... SIEMPRE.