Tener una familia, amigos, pertenecer a un grupo de ayuda mutua o a una determinada religión puede ayudarnos a llevar esta adversidad, porque de todos ellos podemos recibir compasión, apoyo y ganas de vivir.
De todos ellos y de nuestro interior, donde habita una impresionante fuerza natural llamada resiliencia.
El término resiliencia es de origen latino, pero curiosamente nos ha llegado a través del inglés. Se ha tomado prestado de la Física y remite a la capacidad de un objeto de encajar un golpe sin romperse.
Resiliencia es, pues, elasticidad, resistencia, superación, aplicada a los objetos y, en este caso, también a los humanos.
La resiliencia es la encargada de ofrecernos una nueva posibilidad. Nos permite, a pesar del infinito dolor, seguir andando, volver a construir y continuar el camino, por un tiempo incierto, con altos y bajos.
La tristeza es un sentimiento de vacío que sigue a la pérdida, nos va a acompañar durante todo el trayecto, que puede durar toda la vida, y se diferencia perfectamente de la depresión, ya que ésta pierde el contacto con el origen de la tristeza y uno deja de saber por qué está triste, por qué se siente mal.
La tristeza forma parte de nuestro proceso personal: no estamos enfermos, sólo estamos elaborando la prueba más dura que nos ha tocado afrontar en la vida.
Te amo princesa!
mamá
9 comentarios:
yo perdi a mi hijo Diego hace 15 meses y desde entonces solo espero que me llegue la muerte. En ese momento volveré a estar junto a el.
Un beso
Lourdes
Saber que alguien que va por delante de ti, en esta prueba tan dura que la vida nos ha puesto... los mismos miedos, la misma nostalgia, la misma desesperación y lo más importante, la mismas ganas de continuar hacía delante con ánimo, gratitud, amor... me da fuerzas para seguir luchando. Y así, cada día al levantarme mirar al cielo y aunque, a veces, las nubes no me dejen ver el sol tener la certeza de que está ahí, calentando este cuerpo gélido e iluminando este mirada perdida.
Un gran abrazo!
Aceptar la pérdida suele ser una de las lecciones más difíciles de aprender. Cómo cuesta dejarlos ir y confiar en que nos reencontraremos cuando nos llegue la hora.
Interesante reflexión.
Un abrazo!
gracias por sus palabras tambien perdi a mi hijo de 10 años he tratado de sobreponerme y no he podido .
Gracias
me ha gustado el articulo,pero yo ahora mismo estoy derrumbada y nada tiene sentido. No encuentro explicacion a la muerte de mi hijo de 3 años que era como un angel de bueno, no entiendo que ya no esté con nosotros. No podemos vivir sin el,no vamos a poder soportarlo.
Un beso
Qué bueno que te encontré !!! Tenía que existir un blog que hable de ésto
GRACIAS !!!
Belén
Cómo sobrevivir a tal dolor. A cada paso cala más hondo en el pecho y en el reflejo de los ojos de otros niños de su edad veo lo que pudo haber sido y no fue. Cómo callar a los por qués y los si hubiera. Cuándo... cuándo volveré a vivir.
Elizabeth
Hola Laura:
Hace 3 años que mi hijo se murió. Yo he decidido cambiar de actitud y reir aunque solo tenga ganas de llorar, por él, por mi otro hijo, por mi familia.
Te mando un fuerte abrazo
Mi vida cambió de un momento a otro. Todo mi mundo giraba alrededor de mi hija. De pronto, hace 1 año y medio me vi sola, sin proyectos, porque todo mi proyecto era ella.
He pasado por la depresión y la tristeza y vuelvo a caer de vez en cuando. Siempre que eso me sucede siento que voy a morir.
Irene preciosa, te amo con locura, cada día mas.
Mamá
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