No me gusta pensar que nuestra nena se murió inesperadamente. Pero fue así, así lo siento y así lo escribo. Solo transcurrieron 5 días desde los primeros síntomas de una fiebre invernal, hasta el quinto día en el que murió en la UCI de un hospital, sin que hasta ese quinto y último día de su vida, se le diesen otro remedios que no fueran antitérmicos y jarabes para la tos.
La medicina y sus profesionales nos traen a la vida, ayudan a las madres a poder llevar a cabo el acto más vital, humano y natural de todos los que podemos llegar a realizar. En el caso de mi hija, también le robaron la vida y le privaron de todas las cosas que se disfrutan y se soportan durante el transcurso de la misma ; nos privaron a toda su familia, amigos, conocidos y desconocidos, de toda su esencia.
Ludmila tenía solo 10 años, su muerte es una realidad que no creo que únicamente el destino, pueda explicar completamente y convencerme de lo ocurrido durante esos días .
Tu familia te ama. MUUUUUAAAAAAAMMMM Siempre.
Ayer durante la presentación del libro de Javier Plaza en la Asociación
Cultural Tertulia Albada, pasamos un rato estupendo, hablando del Pirineo,
de los S...
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