Salgo de casa cada mañana con miedo a tropezar con el ogro que hay en el parking.
Supongo que debe ser igual, pero yo lo veo cada vez más grande, así que se me hace muy difícil esquivarlo.
A veces creo que de él depende cómo me vaya el resto del día (ya sabés que el "día" puede ser solo un rato, eso no importa...)
Tengo una tendencia innata a distorsionar todo, con lo que al final no se si el ogro es Hulk o un gnomo, pero esto también da igual...
El problema es que luego no puedo salir del pozo y termino hundiéndome hasta que llega la noche.
Estoy pensando en comprar una ristra de ajos y hacerme un collar a ver si consigo inspirar un poco de respeto...
¿Las venden en Mercadona?
De momento haré algunos dientes con la técnica del origami...
Es que se me da muy bien.
Ayer durante la presentación del libro de Javier Plaza en la Asociación
Cultural Tertulia Albada, pasamos un rato estupendo, hablando del Pirineo,
de los S...
3 comentarios:
Cariño mio,trata de no sumar a tus serios problemas,otro mas,deja que el solo se muerda la cola,tu tienes que tener valor para enfrentarte al ogro,nada hay mas grave que lo que te ha pasado,pero por las dudas,ademas de los ajos,podes ponerte un lazo colorado,,....te amo, mama
¿eres argentina? Besos.
Me gusta que hayas detectado al ogro del parking. Y por supuesto que todos los parkings tienen el suyo. En el mío es un enano que procura meter miedo , pero sabe que no siempre lo consigue con determinada gente, y al final se convierte en un amigo.
A mí me cogió el coche y raspó la trasera contra una columna, (¿cuándo harán los parkings sin columnas?), pero no me enfadé. Dije unas palabrejas nuevas, que él entendió, y desde entonces me espera por las noches. Nos contamos cosas del día; que no siempre dura 24 horas, efectivamente. Muchas veces le cuento cosas que han ocurrido y que no son muy agradables, pero él siempre me habla de alguien que está peor, y me pide que mantenga el esfuerzo, que toda experiencia resulta aprovechable, para uno mismo y para los demás. Así que a veces llego a casa con una sonrisa que nadie entiende, pero que terminan por compartir.
Resulta evidente que todos vivimos por todos, aunque sea en diferentes formas.
Publicar un comentario